No olvido. No puedo. No quiero.

 Giulio  Guerrera.

Han pasado 9 años desde que José María del Nido Benavente cogió el mando del SFC.

Nueve años de continuos acontecimientos, declaraciones, triunfos emociones.

Nueve años de éxitos rotundos, de críticas vacías, de ataques personales de hipocresías y paupérrimas figuras de parte de la prensa deportiva sevillana y nacional, de condenados en firme y de otros  esperando.

Ahora estimado presidente, es cuando me vuelven a la mente tantas y  tantas anécdotas, tantos acontecimientos  divertidos, tristes y de todo tipo.

En este momento como sevillista tengo una deuda altísima con usted presidente,

6 títulos, de los cuales 3  europeos, 8 temporada seguidas en Europa.

Un Sevilla nuevo conocido y querido en medio mundo.

Una sociedad anónima cimentada sobre principios moderno  de organización empresarial, con hombres al mando, de elevadísima aptitud (LA ACTITUD NI LA MENCIONO DADO Q SON TODOS SEVILLISTAS DE PRO).

Una SAD saneada que, con los tiempos que corren, es como una mosca blanca. Y sobre todo su orgullo, en defender sus ideas y los intereses de su SFC (véase  lucha por un reparto justo de los derechos de televisión) sin temor, sin huir frente a la opulenta arrogancia de los ricos.

Usted no huye frente a  la amenazas, a la prevaricación de los grandes y rebate golpe a golpe, porque como decía Napoleón " las únicas guerra que se ganan huyendo son con las mujeres". Todas las demás hay que ganarlas luchando hasta el extremo.

Cuantos recuerdos en estos años.

¿Recuerda el impresentable busto?
¿Y el empujón por las escaleras de un estadio al que habían cambiado el nombre?

Aun recuerdo sus palabras en la Mark place de Ehindoven y los siguientes dos días sin dormir  y borracho de felicidad.

Recuerda la broma que gastamos a Alexis con un reloj SFC,  en un programa del debate del sevillismo?

Recuerdo perfectamente aquel día de la Supercopa de España (3-5) en Madrid cuando en el restaurante sentado al lado de Manolo Vizcaíno, empezó a cantar “Vizcaíno dimisión”.

Y aquel día que con Pepe Castro  me vino a saludar en taquilla y me dijo ...¿imaginas en la final 40.000 sombreros?

El día de la final viendo esa marea de sombreros me saltaban las lágrimas.

Nueve años de éxitos, de brillantes actuaciones, de campañas como” sácale partido al cole”

Y si que empezó, para mi gusto,  con mal pie. No vea el sofocon que  supo darme vendiendo a Reyes.

Pero desde allí empecé a ver al verdadero comandante, a su capacidad de liderazgo. Y de allí empecé a considerarle el mejor Presidente de nuestra historia, que si ha visto  grandes presidentes.

Por todo eso y mucho más,  no olvido. No puedo olvidar. No quiero olvidar.

Felicidades Presi.